Descifrando el vínculo complejo
Si bien las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), incluida la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn, afectan predominantemente el tracto gastrointestinal, investigaciones recientes han arrojado luz sobre una conexión desconcertante entre la enfermedad de Crohn y las afecciones hepáticas.
El Dr. Benjamin Click, que dirige el Centro de Salud Digestiva de UCHealth en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, aclara esta intrigante asociación, citando posibles interacciones entre la función hepática, la dinámica del microbioma y el armamento farmacológico desplegado contra la EII.
Revelando factores de riesgo para la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD)
MASLD, caracterizado por un depósito anormal de grasa en el hígado sin participación de alcohol, surge como una grave preocupación para los pacientes con EII. MASLD, anteriormente denominada enfermedad del hígado graso no alcohólico, se entrelaza con precursores metabólicos como la adiposidad abdominal, la desregulación de la insulina y la hipertensión.
Contrariamente a lo que se suponía anteriormente, la obesidad por sí sola no surge como el principal catalizador del MASLD en la cohorte de EII. En cambio, factores como la cirugía del intestino delgado, la duración y la gravedad de la enfermedad, la nutrición parenteral y el uso agresivo de corticosteroides ejercen una mayor influencia, como se desprende de una revisión publicada en el World Journal of Hepatology.
Complicaciones hepáticas notables en medio de la EII
Más allá de la patología del hígado graso, un espectro de complejidades hepáticas acosa a las personas que luchan contra la EII.
La Crohn’s & Colitis Foundation destaca las complicaciones prevalentes, como la hepatitis autoinmune, la formación de cálculos biliares y la colangitis esclerosante primaria (CEP), una afección que se caracteriza por inflamación y fibrosis de las vías biliares.
El Dr. Bincy Abraham, distinguido gastroenterólogo del Hospital Metodista de Houston, subraya el mayor riesgo de cálculos biliares en los pacientes de Crohn debido a problemas de malabsorción en el intestino delgado.
Mitigar los peligros hepáticos: un enfoque proactivo
Dada la naturaleza latente de la patología hepática, las medidas preventivas adquieren suma importancia en la comunidad de EII.
El Dr. Click aboga por estrategias vigilantes de reducción de riesgos, enfatizando el control del peso, la vigilancia dietética y la actividad física constante como piedras angulares para evitar enfermedades hepáticas.
Monitoreo de la salud del hígado: el imperativo de las pruebas de detección periódicas
A la luz de la progresión subrepticia de las enfermedades hepáticas, la monitorización rutinaria mediante ensayos de enzimas hepáticas surge como un imperativo no negociable.
El Dr. Abraham subraya la importancia de los exámenes de detección anuales para los pacientes de Crohn, instando a una mayor vigilancia en aquellos con predisposiciones familiares o trastornos metabólicos concurrentes.
Para las personas que albergan mayores riesgos de enfermedad hepática, las evaluaciones bianuales podrían justificar la consideración, fomentando la intervención temprana y frenando la escalada de la enfermedad.
Perspectivas de expertos y validación probatoria
Esta narrativa se basa en un compendio de fuentes autorizadas, incluidas publicaciones revisadas por pares y directrices institucionales, que garantizan la veracidad y confiabilidad del discurso dilucidado.
Referencias:
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