¿Qué es el CBD y por qué está de moda?
El CBD o cannabidiol es uno de los componentes bioactivos que se encuentran en la planta medicinal Cannabis sativa L. Junto con el THC o tetrahidrocannabinol, son los cannabinoides más estudiados por sus posibles aplicaciones terapéuticas. Sin embargo, a diferencia del THC, el CBD no tiene efectos psicotrópicos, es decir, no altera la conciencia, el humor o la percepción. Por eso, se ha convertido en el ingrediente principal de muchos productos como aceites, cremas, bálsamos o elixires antiedad. Pero, ¿qué hay de cierto en sus propiedades? ¿Es seguro usarlo? Veamos qué dice la ciencia al respecto.
¿Qué efectos tiene el CBD sobre el organismo?
El CBD es una molécula compleja que actúa sobre diferentes receptores, enzimas, factores nucleares y transportadores del cuerpo humano. Esto le confiere una variedad de acciones farmacológicas, entre las que destacan las antiinflamatorias, analgésicas, antiepilépticas y antipsicóticas. Estos efectos han sido demostrados en diversos estudios científicos, tanto en animales como en humanos.
La razón por la que el CBD no es psicotrópico es porque tiene una afinidad muy baja por los receptores cannabinoides, que son los responsables de los efectos del THC. Sin embargo, el CBD puede modular la actividad de estos receptores, lo que podría potenciar o atenuar los efectos del THC, dependiendo de la dosis y la proporción de ambos cannabinoides.
¿Para qué se usa el CBD y cómo se comercializa?
El CBD se ha utilizado para tratar diversas condiciones médicas, como la epilepsia, el dolor crónico, la ansiedad, la esquizofrenia o la inflamación. Sin embargo, la evidencia clínica en humanos es limitada y no concluyente, por lo que se requieren más investigaciones para confirmar su eficacia y seguridad. Además, el CBD puede interactuar con otros medicamentos, lo que puede suponer un riesgo para la salud de los pacientes.
En la Unión Europea, el CBD solo se vende como medicamento en forma de solución oral (Epidyolex), para el tratamiento de algunos tipos de epilepsia refractaria. También se comercializa como producto cosmético sin indicación terapéutica, para aplicarlo sobre la piel. En este caso, se supone que el CBD no penetra en el organismo y solo actúa de forma local. No obstante, algunas personas usan estos productos de forma inadecuada, empleando otras vías de administración o dosis elevadas, lo que puede tener consecuencias adversas. El uso del CBD como complemento alimenticio no está permitido en España, pero sí en otros países como Estados Unidos, donde se puede encontrar en forma de cápsulas, gominolas o infusiones.
¿Qué precauciones hay que tener con el CBD?
El CBD no es una sustancia inocua y puede tener efectos secundarios, especialmente si se usa como un fármaco. Algunos de los efectos adversos más frecuentes son la pérdida de apetito, la somnolencia, el cansancio, la diarrea, la irritabilidad o las infecciones respiratorias y urinarias. Además, el CBD se metaboliza en el hígado y puede interferir con el sistema de detoxificación del organismo, lo que puede alterar los niveles de otros medicamentos en la sangre. Esto puede aumentar o disminuir su efectividad y su toxicidad, lo que puede ser peligroso para la salud. Por ejemplo, el CBD puede interactuar con medicamentos antiepilépticos, anticoagulantes o inmunosupresores, entre otros.
También hay que tener en cuenta que el CBD puede contener trazas o restos de otros cannabinoides, como el THC, que sí tiene efectos psicotrópicos y puede dar positivo en un control antidopaje. La Agencia Mundial Antidopaje solo permite el uso del CBD puro, pero no de otros cannabinoides. Por eso, los deportistas deben ser cuidadosos con los productos que usan y cómo los usan, ya que pueden contener CBD broad spectrum (con otros cannabinoides pero sin THC) o CBD full spectrum (con otros cannabinoides incluido el THC).
¿Qué futuro le espera al CBD?
El CBD es una sustancia con un gran potencial farmacológico, que podría tener aplicaciones en el ámbito de la salud humana y veterinaria. Sin embargo, todavía hay muchas incógnitas sobre su mecanismo de acción, su eficacia, su seguridad y su regulación. Por eso, se necesitan más estudios científicos que aporten evidencia sólida y fiable sobre sus beneficios y riesgos. Asimismo, se requiere una legislación clara y armonizada que establezca los criterios de calidad, pureza y etiquetado de los productos que contienen CBD. Solo así se podrá garantizar el uso responsable y seguro de esta interesante molécula.