Introducción
La crema catalana es uno de los postres más emblemáticos de la gastronomía de Cataluña. Sin embargo, pocos conocen la curiosa historia que dio origen a esta deliciosa creación.
El error en el convento
La leyenda cuenta que en el siglo XVIII, en un convento de Cataluña, las monjas estaban preparando un menú especial para recibir la visita de un obispo. Decidieron hacer un flan como postre, pero debido a las prisas o a un error en la receta, el flan quedó demasiado líquido y no cuajó correctamente.
Ante esta situación, las monjas, nerviosas por el momento, decidieron improvisar y añadieron azúcar quemada por encima del flan. Fue entonces cuando ocurrió algo inesperado.
El origen del nombre
Cuando el obispo probó una cucharada de esta creación, se quemó con el azúcar y exclamó en catalán ‘crema’, que significa ‘quema’ en español. Así, este postre adquirió su nombre definitivo: crema catalana.
La receta tradicional
La crema catalana se elabora con ingredientes sencillos como leche, yemas de huevo, azúcar, maicena, piel de naranja o limón, vainilla y canela. Su preparación consiste en mezclar azúcar, maicena y yemas, mientras se hierve la leche con vainilla, canela y la piel de cítricos. Luego se añade la leche infusionada a la mezcla anterior y se cocina a fuego lento hasta que espese.
Una vez lista, se vierte en recipientes individuales y se deja enfriar. Antes de servir, se espolvorea azúcar sobre la superficie y se quema con un soplete para crear la característica capa caramelizada.
Conclusión
La crema catalana es un postre que ha perdurado a lo largo de los siglos y se ha convertido en un símbolo de la gastronomía catalana. Su origen curioso y su delicioso sabor la hacen irresistible para los amantes de los postres. ¡No dejes de probar esta maravilla culinaria!