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Cosmética CBD en España: una regulación poco definida

by vivirtusalud
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un primer plano de una planta con hojas verdes en sus tallos y un fondo azul con una imagen borrosa de las hojas, Beeple, c4d, una imagen con trazado de rayos, holografía

¿Qué es el CBD?

El CBD o cannabidiol es un cannabinoide de la planta del cáñamo (Cannabis sativa L.) que presenta una estructura similar al tetrahidrocannabinol (THC), otro cannabinoide destacado, pero sin presencia de actividad psicoactiva. Según avalan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Mundial Antidopaje, se trata de una sustancia no adictiva ni nociva para la salud, a la que se le atribuyen propiedades antiinflamatorias, calmantes e hidratantes, antioxidantes, acondicionadoras y protectoras de la piel, de modo que su acción tópica (y localizada) puede ser beneficiosa para el tratamiento de enfermedades cutáneas, como dermatitis, eccema, psoriasis y acné. Cada vez lo encontramos con más frecuencia como ingrediente de cremas hidratantes, aceites, contornos de ojos, sérums, bálsamos y desodorantes, entre otros productos cosméticos, aunque su uso está sometido a ciertas restricciones legales.

El cáñamo en la Unión Europea

El CBD no está fiscalizado específicamente, pero su situación legal ha ido variando a lo largo del tiempo. En diciembre de 2020, la ONU retiró el cannabis de la lista IV de la Convención Única de 1961, que recoge el listado de sustancias opioides cuyo uso está prohibido en la Unión Europea. Con 27 votos a favor, 25 en contra y una abstención, el cannabis dejó de considerarse una droga peligrosa.

Actualmente, y como norma general, en la Unión Europea se permite la comercialización de aquellos productos con CBD, cuando este se obtenga de plantas que pertenecen a la especie Cannabis sativa y su contenido de THC no sobrepase el límite del 0,2%, según el Reglamento 1307/2013 del Parlamento y el Consejo Europeos. Además, debe proceder de semillas y las hojas del cáñamo (las partes de la planta autorizadas), excluyendo las sustancias que se obtengan a partir de resinas, extractos y tinturas del cannabis (partes fiscalizadas). No obstante, a día de hoy no existe una postura legal unificada para la producción, comercialización y consumo de CBD. Si bien es cierto que hay una visión global de la UE, cada país aplica sus propias restricciones nacionales, que varían según el origen y las características del extracto de esta sustancia y que pueden restringir su uso como cosmético o alimento.

España: usos y procedimientos en cosmética

España no cuenta con una regulación definida. El consumo de CBD como complemento alimenticio aún no está autorizado (a diferencia de otros países, como Reino Unido y Bélgica, que muestran sutiles avances en la autorización de productos alimentarios con CBD). Sin embargo, se permite la producción y comercialización de cosméticos con CBD de uso tópico y bajo condiciones.

Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), organismo que regularía el mercado nacional de esta sustancia, se permite la comercialización de los cosméticos con CBD en el ámbito nacional, siempre que se produzcan legalmente en un país miembro y figuren en un registro nacional y europeo. “No deben contener THC y deben seguir las directrices de cualquier otro producto cosmético que se comercialice. Por ejemplo, deben estar aprobados junto con toda la documentación e informes de seguridad, así como registrados en el portal del CPNP”, explican, en este sentido, desde la marca croata Pura Vida Organic, distribuida en España por Levantina de Orgánicos.

Mecanismos de control

La Comisión Europea activó en 2012 el Portal Europeo para la Notificación de los Productos Cosméticos (CPNP, en inglés), una herramienta digital creada para facilitar el registro de los cosméticos presentes en el mercado europeo y notificar la existencia de nuevos productos con CBD. De este modo, exige: “que las personas responsables y, en determinadas circunstancias, los distribuidores de productos cosméticos presenten cierta información sobre los productos que introducen o comercializan en el mercado europeo”. Es decir, se debe registrar la información de la composición, el etiquetado y el envase del producto, para demostrar que el cannabidiol no proviene de partes fiscalizadas de la planta y asegurar la seguridad. Se trata, al fin y al cabo, de un mecanismo de control que permita identificar y gestionar de forma eficaz las posibles intoxicaciones derivadas del uso de un producto con esta sustancia.

Oportunidades de regulación

A pesar de estas directrices comunitarias en los Estados miembros, la falta de una regulación nacional concreta interpondría trabas en el mercado de CBD español. “El problema está en que, debido a la falta de uniformidad en la legislación, así como la desinformación, no existe un criterio unificado y esto es de las peores situaciones que puede ocurrir para productores, empresas, profesionales y pacientes”, expresa Carlos Llamas, fundador de Webotanix. Aunque, apunta, el boom de los cosméticos con CBD puede impulsar un marco legislativo más concreto: “Esperamos que España y Europa acuerden un marco regulatorio lógico y adecuado, dónde encontremos una regulación para productos de uso cosmético así como complementos alimenticios a base de CBD. Esperemos que en el segundo semestre de éste año podamos hablar de tener un marco regulatorio adecuado”.

Autora: Ariadna Coma, Periodista

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