Introducción
El cannabidiol (CBD) es un compuesto conocido por sus efectos terapéuticos en el cuerpo humano. Aunque aún hay muchas preguntas sobre cómo funciona exactamente el CBD, se cree que interactúa con receptores celulares específicos para ejercer sus propiedades beneficiosas.
Receptores celulares y respuestas fisiológicas
El CBD afecta a nuestros cuerpos al unirse a los receptores que se encuentran en la superficie de las células. Estos receptores actúan como ‘cerraduras de acceso’ a las células y, cuando se activan por compuestos como el CBD, transmiten señales que regulan distintos procesos biológicos en nuestros sistemas corporales [[1]].
Receptores del sistema endocannabinoide
En el caso del sistema endocannabinoide humano, los receptores más importantes son el receptor cannabinoide tipo 1 (CB1) y el receptor cannabinoide tipo 2 (CB2). El CB1 se encuentra en el sistema nervioso central, mientras que el CB2 se concentra en el sistema nervioso periférico, el sistema digestivo y el sistema inmunológico [[2]].
Interacción con otros receptores
A diferencia del THC, que interactúa principalmente con los receptores del sistema endocannabinoide, el CBD modula varios receptores no cannabinoides, como los receptores de serotonina. Estos receptores influyen en el dolor, el estado de ánimo y el sueño [[3]]. Además, el CBD también actúa a través de varias vías independientes del receptor, lo que lo convierte en un compuesto pleiotrópico con múltiples efectos [[4]].
Principales formas en que el CBD produce sus efectos
Receptores de serotonina (5-HT1A)
El CBD se une directamente al receptor 5-HT1A, que está relacionado con el control de las emociones, el estado de ánimo y otros procesos biológicos. Estos receptores se encuentran tanto en el sistema nervioso central como en el periférico [[5]].
Receptores vanilloides (TRPV1)
El CBD también se une a los receptores TRPV1, que están involucrados en la percepción del dolor, la inflamación y la temperatura corporal [[6]].
Receptores huérfanos (GPR55)
El CBD funciona como un antagonista del receptor GPR55, que está relacionado con la modulación de la presión arterial y la densidad ósea. Al bloquear la señalización de este receptor, el CBD puede disminuir la reabsorción ósea y la proliferación de células malignas [[7]].
Receptores nucleares (PPAR)
El CBD activa los receptores PPAR, que están involucrados en la captación de lípidos, la sensibilidad a la insulina y otras funciones metabólicas. Esto puede ser beneficioso para pacientes con enfermedades como el alzhéimer y la diabetes [[8]].
Modulador alostérico
El CBD funciona como un modulador alostérico negativo del receptor cannabinoide CB1, lo que significa que debilita su capacidad para unirse al THC. Esto reduce los efectos secundarios producidos por el THC, como la ansiedad [[9]].
Conclusión
El CBD interactúa con nuestro cuerpo a través de diversos receptores celulares, lo que le permite producir una amplia gama de efectos terapéuticos. Aunque aún queda mucho por descubrir sobre su funcionamiento exacto, se ha demostrado que el CBD tiene propiedades beneficiosas en el tratamiento de diversas condiciones médicas [[10]].