Introducción
El uso de cannabinoides y cannabis para tratar el dolor crónico ha sido objeto de debate y controversia. Mientras que algunos defienden sus beneficios, otros consideran que las pruebas son insuficientes y que los resultados positivos pueden deberse al efecto placebo.
La falta de pruebas científicas
En una revisión de ensayos clínicos sobre cannabinoides y dolor, se encontró que no había diferencias significativas en comparación con el placebo [[1]]. Esto ha llevado a la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor a no respaldar el uso de cannabinoides para el alivio del dolor [[2]]. Además, un estudio publicado en JAMA Network Open reveló que el alivio del dolor reportado por los pacientes tratados con cannabinoides también se observó en aquellos que recibieron un placebo [[3]]. Esto sugiere que el efecto puede ser atribuido a las expectativas de los pacientes más que a los compuestos presentes en el cannabis.
El papel del placebo y las expectativas
El efecto placebo puede influir en la percepción del alivio del dolor. En los estudios sobre cannabinoides, el cegamiento exitoso es un desafío debido a la familiaridad de las personas con la droga. Algunos métodos utilizados para contrarrestar este efecto incluyen la administración de dosis bajas, el uso de placebos que no contienen los compuestos psicoactivos del cannabis y la medición de las expectativas de los participantes [[4]].
El dolor nociplásico y el papel del cerebro
El dolor nociplásico, que incluye condiciones como la fibromialgia y las cefaleas tensionales, puede ser especialmente susceptible al efecto placebo. Se cree que los pensamientos y las expectativas juegan un papel importante en la percepción del dolor nociplásico [[5]]. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente los mecanismos involucrados.
Conclusiones
Aunque muchas personas buscan en el cannabis y los cannabinoides una solución para el dolor crónico, las pruebas científicas actuales no respaldan su uso como tratamiento efectivo [[1]]. Es importante seguir investigando y comprender mejor los mecanismos involucrados en el alivio del dolor para ofrecer opciones de tratamiento más efectivas a los pacientes.