El arte de los lácteos fermentados
La crema agria y el buttermilk son productos lácteos acidificados y fermentados que se pueden preparar de forma casera. Estos deliciosos alimentos no fueron inventados por ninguna marca famosa, sino que tienen sus raíces en las tradiciones de nuestras antiguas generaciones. ¿Te preguntas dónde surgieron estos productos lácteos? La respuesta está en nuestros hogares, granjas y cabañas.
La crema agria: una maravilla ácida
La crema agria, también conocida como nata ácida, es la parte grasa de la leche que se separa y se fermenta. Durante el proceso de fermentación, se añaden bacterias lácticas que convierten la lactosa en ácido láctico, lo que acidifica la crema y coagula la caseína. Como resultado, obtienes una crema deliciosa y ligeramente ácida que se utiliza en muchas recetas culinarias.
El famoso buttermilk: un líquido con historia
El buttermilk, conocido por muchos gracias a los blogs de repostería estadounidenses, es el suero de la mantequilla. Se obtiene al batir la crema de la leche hasta obtener mantequilla. Este líquido tiene un sabor ligeramente ácido y se ha utilizado durante siglos en diversas preparaciones culinarias. Aunque en los Estados Unidos se comercializa un sucedáneo de buttermilk fermentando leche desnatada, la versión auténtica se obtiene a partir del proceso de obtención de la mantequilla.
Beneficios y usos de los lácteos fermentados
Los lácteos fermentados, como la crema agria y el buttermilk, tienen varios beneficios y usos en la cocina. Su acidez natural ayuda a suavizar las masas crudas de bizcochos y tortitas, lo que las hace más tiernas y húmedas. Además, la textura espesa de estos productos aporta cremosidad y suavidad a cualquier receta en la que se utilicen. No es de extrañar que se utilicen en muchas preparaciones culinarias tradicionales y modernas.
Cómo hacer crema agria y buttermilk caseros
Si te animas a preparar tus propias crema agria y buttermilk en casa, aquí tienes algunas recomendaciones. Para hacer crema agria, puedes añadir bacterias lácticas a una buena nata y dejar que fermenten durante un tiempo. También puedes utilizar un poco de yogur como sustituto. Si prefieres hacer buttermilk, puedes añadir bacterias de un buttermilk comprado al suero de la mantequilla o a leche desnatada. Otra opción es utilizar yogur como sustituto. En ambos casos, el resultado será un producto casero delicioso y versátil.
Conclusiones
La crema agria y el buttermilk son productos lácteos fermentados y acidificados que han sido parte de nuestra tradición culinaria durante siglos. Estos alimentos no solo aportan sabor y textura a nuestras recetas, sino que también ofrecen beneficios para la salud y la cocina. Ya sea que los utilices en platos dulces o salados, la crema agria y el buttermilk añaden un toque especial a cualquier preparación. ¡Anímate a probarlos y a disfrutar de su delicioso sabor!
Referencias y fuentes
Para obtener más información sobre los lácteos fermentados y sus usos en la cocina, te recomiendo consultar las siguientes fuentes:
– McGee, H. (2016). La cocina y los alimentos. Círculo de Lectores.
– Cultured milk. milkingredients.ca
– Production of cultured milk. FAO
– Slater, N. (2014). Different kinds of cream. The Guardian.
– Lagasse, E. (2020). Homemade buttermilk. Food Network
– Friberg, B. (2002). The Professional Pastry Chef.